Jamás lo había pensado pero el caos trajo orden a su vida. Una lección de autoconocimiento inesperada, necesaria, luminosa.
Siempre (le) temió. La seguridad y el control crecientes obsesiones de humo sólido. Vil necesidad de buscar no para encontrar, sino para morir buscando. Velo de una vida cobarde y correcta. Lógica.
El pensar, aquel maldito pensar contrae y estrangula hasta dejarte seco. Con los dientes anudados. Con los labios sellados, vetados de suspiros.
Será fluir y no empujar. Será resignarse a creer. La imposición de ceder lo analítico en pos del sin razón que recupere un respirar natural. Un aire nocturno de uñas y lazos de piernas y brazos. Escupir la idea de un alma rota, armada con gajos de lo que fue.
Un sentir set, un camino gnóstico de uno mismo. La espiritualidad de los ojos ajenos espejados en los propios. Creer, eso queda.