Seres invisibles

Un vagón de miradas dice en sus silencios aquello que escandaliza a las conciencias. La increíble existencia de un ser invisible hoy se ha concretado, lejos de lo filosófico y ajeno a lo abstracto, es sangre y vello. Sudor y lagrimas.
“Son las 19:10, como todos los jueves, al menos los de este año subo al subte con destino fijo en un trayecto incierto, me dirijo una vez más a recorrer un camino sin final. Ingreso al vagón... la reacción es instantánea... mi pensamiento se vuelve absolutamente inerte, aún mas que aquel que me trajo en automático hasta este punto. He sido investido. Más no hoy, sino hace mas de 20 años. Soy casi un ciego más en un vagón lleno de ellos.
Me abalanzo hacia el asiento... creo que mas por un efecto gravitatorio que por pedido de mis piernas. Las puertas traban y un delicado rechinar acompaña el bamboleo. Mis sentidos captan algo, alguien. No se que o quien. Estoy obnubilado. Los ojos se cierran, dejo de mirar y lo veo. Nadie más lo hace. Una mirada perdida los delata. Están ciegos. El invisible si ve, también oye, huele, toca, siente. Debe hacerlo, su irremediable esencia así lo dicta. Tal vez sea el precio de ver entre los ciegos, quizás simplemente su castigo.
Recorre el vagón dejando rastros, huellas de una presencia inconfundible. Nadie lo nota. Yo si pero el no a mi. Miro esta vez sin ser visto. Se acerca confiado en mi ceguera, pero veo... sal brota de sus ojos en absoluto silencio. Inmutable todo el vagón ignora su presencia,ni el golpetear del metal sacude su letargo. Dos minutos han pasado, tal vez menos. Casi por hábito, el invisible borra sus huellas, cubre sus rastros guiado por su instinto de supervivencia.
Ya nada brota de sus ojos, ni siquiera odio o ternura. En un extremo su figura se desvanece. Nadie lo vio, nadie le regalo una mirada. Un vagón de miradas ciegas dice en sus silencios aquello que escandaliza a las conciencias. En breve yo también me olvidaré de él, pues solo he visto un invisible.
rgp
Este post es de mayo,
pero cada tanto siento que algunas cosas,
se merecen una revancha

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