Hattrick
A tiene dos novios. No un novio y un amante. Tampoco dos relaciones sin rótulos sociales clásicos. No no, tiene dos novios. Son una pareja de tres. Pasan los fines de semana juntos, ya sea en su casa o en una quinta en el tigre. Frente a algunos amigos, como yo, la situación esta blanqueada. Frente a otros ni cerca.
L, quien no conoce a A, tiene un novio y una amante. Ella confeso hace poco que si no fuera por la condena social que sufrirían sus futuros hijos, sumaria a su amante a su noviazgo. L no se conoce con A, pero ambas son parecidas.
En momentos donde lo comunitario se enarbola como bandera, el amor parece haberse subido a la movida.
