Poder
Él, “el que todo lo puede”, no ha podido contigo. Le incomoda su presencia permanente, y el nuevo aroma de su boca es difícilmente combinable con un gusto que te sea ajeno.
Quizás sea un final esperable e incómodamente inmanejable. No hay destino que diga que no puede. No hay mandatos superiores ni momentos que no sean los autogenerados. No hay nada ni nadie entre él y vos más que vos.
Una esencia se devela tanto por sus uniones como por sus rupturas, y pienso… que mejor que develar la suya en vos, aún cuando sea la distancia quien marca los nodos del cuento.
Lo que fue, fue. Y lo que no, jamás será. Ni en él, ni en vos. Pero será en mí, una, y otra, y otra vez.
